sábado, 16 de octubre de 2010

Safrà bord/Safrà de monte/ Azafran silvestre

Sobre estas lineas dos instantaneas de Safrà bord/Azafrán silvestre floreciendo entre rocas
Ibi. Solana de la Serra del Menejador. Octubre 2008


Sobre estas lineas tres imagenes de Safrà bord/Azafrán silvestre entre pastos y rocas
Alt de la Creu, serra de Onil. Octubre 2009
Primer plano de la flor del Safrà bord/Azafrán silvestre
Alt de la Creu, serra de Onil. Octubre 2009

Dos primeros planos de la flor del Safrà bord.
Serra del Plans, noviembre 2010

Conjunto de flores de Safrà bord.
Serra dels Plans. noviembre 2010

Flor de Safrà bord cerrada esperando los rayos del sol para abrirse.
Se aprecian gotas de rocio.
Agres, serra de Mariola, noviembre 2010

Serra de Bèrnia. El Safrà bord da una nota de color al pedregal.
Octubre 2010



El Crocus serotinus es un endemismo de la mitad sur de la peninsula y del norte de Africa.Sus flores las había visto otras veces y me habían llamado la atención e incluso las había fotografiado, pero fue hace un año en la sierra de Onil, una fría mañana de otoño cuando me cautivaron. 
Iniciamos la ruta en la ermita de Santa Ana y remontando el Barranc de la Mata, (nombre que hace referencia a la Pistacia lentiscus, la “mata” por excelencia de estas tierras, también conocida como Llentiscle/Lentisco), encontramos a una pequeña planicie rodeada de montañas (les Penyes Roges). Sale de allí una senda que, cruzando un riachuelo, asciende entre los pinos y lleva al Mas de la Cadolla, una impresionante masía abandonada, que domina el barranco. Desde allí continuamos en dirección a Banyeres hasta otra masía, el Mas del Cantó. Giramos a la izquierda en dirección Biar, por aquí el camino es ancho y circula paralelo al barranco y a la umbría de la sierra de Onil, frondosa y húmeda. Tras unos minutos andando llegamos al Mas de la Mata, iniciamos entonces el descenso a la rambla, una vez cruzada, cogimos la senda de la derecha, en dirección a la cumbre de la sierra, la de la izquierda vuelve a Onil por el barranco de la escalera. Pasamos por la Casa de la Fondoma y aproximadamente un kilómetro más adelante hay un collado donde se cruzan varios caminos: A la derecha un camino ascendente, el PRV-55 en dirección a la serra de la Fontanella. Al frente, el PRV-88 en dirección al Reconco. Y a la izquierda un camino estrecho sin marcar que sube al Alt de la Creu, cumbre de la sierra de Onil. Tomamos esta última opción y después de una pequeña cuesta, en una planicie, entre las piedras, desafiando a la fría mañana otoñal, surgían pequeñas a más de 1000 metros de altura las últimas flores del año.



El Azafrán silvestre es una planta bulbosa y perenne, un geófito en la clasificación de Raunkiaer. Pertenece a la familia Iridaceae. Es venenosa para los herbívoros pues contiene colchicina, un alcaloide utilizado en farmacia para el tratamiento de la gota, que provoca alteraciones digestivas.
Sus hojas pueden ser considerablemente largas y presentan una característica estría blanca central que permite identificarlas fácilmente.
Florecen, aunque no tengan las hojas desarrolladas, gracias a las reservas alimenticias de su bulbo subterráneo. Las flores tienen 6 tépalos distribuidos en dos series de tres. Los externos son frecuentemente un poco más grandes que los internos, unidos en su parte inferior, forman un tubo muy largo, que emerge desde el suelo. Son hermafroditas, tienen 3 estambres y las  anteras amarillas. A diferencia de otros Crocus, en éste sus pistilos están ramificados con forma de coral.
La polinización la llevan a cabo abejas, avispas y mariposas, que acuden al azafrán casi a la desesperada pues es la única flor que queda en el monte, A menudo incluso las abejas pasan la noche dentro del azafrán, donde la temperatura es más agradable. Para producir semillas les basta con abrir una flor al año por bulbo, con lo que ahorran nutrientes y energía.
El ovario es subterráneo y, a medida que las semillas van madurando, es empujado hacia arriba por el tallo que se va estirando. De este modo las semillas en desarrollo quedan protegidas de los herbívoros hasta el momento en que se hallan listas para su dispersión.
El azafrán, utilizado en la cocina de muchos países, son los estigmas secos de Crocus sativus, una especie del mismo género que la que nos ocupa.

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